Resultados principales.
Durante el diálogo improbable se describió a la localidad como un territorio desigual por las diferencias abruptas en estilos de vida entre quienes viven en los sectores más exclusivos con quienes viven en los sectores populares, así como un territorio segregado a causa de prejuicios, estereotipos y estigmatización reforzados por las familias y la Fuerza Pública (sufrida principalmente por jóvenes). Además, se expresó la discontinuidad entre los deseos y expectativas de las juventudes con una realidad donde priman la falta de oportunidades para educación de calidad y empleo digno, agudizando así el fenómeno de pobreza oculta. Adicionalmente, se manifestó la inconformidad con el modelo de ciudad densificado puesto que ha limitado los espacios públicos y de encuentro en la localidad, se han vuelto inseguros principalmente para las mujeres y amenaza y presiona constantemente los activos ambientales del territorio como los Cerros Orientales. Por último, se presentó un disenso en cuanto al uso de redes sociales: instrumento de alienación para las nuevas generaciones o herramienta que potencia las posibilidades de desarrollo de las juventudes.
Durante el diálogo improbable se hizo explícito un conflicto intergeneracional entre los preceptos de los cultos religiosos y los cambios culturales que caracterizan la identidad y la acción política de las juventudes como la liberación femenina, por ejemplo. No obstante, a pesar del disenso entre las visiones de jóvenes y cultos religiosos, en el diálogo se concluyó colectivamente la necesidad de reconocer la complejidad de los mundos e identidades juveniles para entender genuinamente sus deseos y expectativas, así como de promover la transición intergeneracional en cargos de poder político y económico para incorporar las realidades de las nuevas generaciones en la toma de decisiones. Además, se manifestó la importancia de garantizar el acceso y la permanencia a una educación de calidad e inclusiva para todas las poblaciones en todos los niveles: desde la educación prescolar hasta la educación superior. En el diálogo fue reiterativa la mención a los activos ambientales como el Parque Entrenubes, hoy en riesgo por conflictos sociales asociados a invasiones. Por último, los participantes perciben que su localidad ha sido rezagada y olvidada respecto del resto de Bogotá, principalmente en cuanto a seguridad y movilidad.
Durante el diálogo improbable fueron recurrentes varias problemáticas. Primero, se tiene una percepción negativa sobre el accionar de la Policía: complacencia con la criminalidad y el uso desproporcionado y abusivo de la fuerza que vulnera los derechos humanos. Segundo, se mencionó una crisis de representación y legitimidad política con las Juntas de Acción Comunal y Junta Administradora Local por la incapacidad de entender las identidades y prácticas juveniles. Tercero, su relación con Soacha y el resto de la ciudad es marcada por dificultades en materia de movilidad y seguridad. Cuarto, la segregación de la oferta laboral y educativa en la ciudad afecta a las poblaciones más vulnerables de las periferias, aumentando así la desigualdad. Por último, la violencia de género limita las posibilidades de desarrollo de las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes.
Durante el diálogo improbable se expresó el conflicto entre las Juntas de Acción Comunal y organizaciones juveniles debido a las diferentes visiones sobre la localidad y la competencia por acceso a recursos públicos; la violencia y microtráfico asociados a los asentamientos informales; las amenazas y desplazamientos a líderes sociales del territorio; la necesidad de alternativas educativas, culturales y artísticas para el uso del tiempo libre en niños, niñas y adolescentes; las afectaciones emocionales ante la imposibilidad de acceder a educación superior por parte de los jóvenes: escasos recursos para financiar la educación privada y procesos de admisión casi que imposibles en la educación pública; los obstáculos en materia de movilidad que limitan las posibilidades de acceder a educación o empleo; y la alta vulnerabilidad e invisibilización de la población rural de la localidad.
Durante el diálogo improbable se mencionó la constante vulneración a los derechos de niños, niñas y adolescentes debido a la falta de oportunidades educativas y acompañamiento por parte de sus familias que tienen extensas jornadas laborales debido a la informalidad; la instrumentalización de jóvenes por parte de la delincuencia y la violencia en la ciudad asociada al microtráfico; las limitaciones presupuestales de las organizaciones de rescate juvenil por medio del arte y la cultura; la desarticulación de las universidades públicas y privadas de la localidad con la realidad del territorio y las oportunidades laborales, donde los beneficiarios de esa oferta educativa son usualmente ajenos a la localidad; y por último, una mención especial a la constante segregación de oportunidades que sufren los habitantes de la parte alta rural de la localidad, donde los jóvenes tienen fuertes demandas sociales.
Durante el diálogo improbable fueron protagonistas varios elementos. Primero, las barras futboleras manifiestan sufrir problemas de convivencia principalmente por el uso de espacio público, así como una constante estigmatización por parte de la Policía. Segundo, la falta de oportunidades laborales y educativas en la localidad obligan a los habitantes a desplazarse constantemente de la periferia al centro, lo cual limita la apropiación territorial y la construcción de relaciones interpersonales entre vecinos. Y, por último, el desbordado crecimiento urbano no planeado, la densificación y la sobrepoblación ha generado serias afectaciones ambientales, principalmente en cuanto a la calidad del aire.
Durante el diálogo improbable la conversación giró en torno a temas diversos como la educación pública, los medios para mejorar la calidad de vida, las oportunidades y necesidades de reverdecimiento en el espacio público, el empleo y el emprendimiento, así como los procesos formativos para el trabajo. Si reconocen dos potencialidades para la localidad: primero, la diversidad cultural que convive en el territorio que permite diálogos interculturales e intergeneracionales; segundo, la juventud como actor transformador a partir de la organización, ideación y colaboración. En cuanto al empleo, si los jóvenes se colocan es en grandes empresas, pero en oficios que no necesariamente están ligados a su formación profesional. En cuanto a la educación, fue reiterativo el llamado a actuar ante la ausencia de universidades públicas en la localidad. En cuanto a convivencia, la Policía y los adultos mayores por medio de la estigmatización y discriminación ejercen resistencia a las prácticas propias de la juventud.
Durante el diálogo improbable se habló de economía, patrimonio, cultura, la contaminación, desempleo, educación e inseguridad. Se mencionó una alta incidencia de pobreza oculta y una oportunidad muy importante en el turismo y actividades culturales o recreativas para la inclusión productiva, además de la necesidad de construir rutas que favorezcan el emprendimiento de subsistencia. Aunque ambas localidades concentran una parte importante de la oferta de educación superior en la ciudad, es indispensable garantizar oportunidades de acceso y permanencia a los jóvenes de la localidad. Por último, las preocupaciones por el microtráfico y el consumo de sustancias psicoactivas que desvía a muchos jóvenes del camino de la legalidad al punto de llegar a la habitabilidad en calle.
Durante el diálogo improbable fueron recurrentes varios aspectos: primero, las posibilidades de generación de empleo y construcción de emprendimientos locales y sostenibles debido a que la localidad se ha convertido en una localidad dormitorio donde la mayoría de los habitantes desarrollan sus actividades laborales y académicas por fuera de la localidad; segundo, la apropiación de la ruralidad y la necesidad de consolidar su oferta de bienes, servicios y empleos; tercero, la carencia de oferta educativa para el nivel superior (técnico, tecnología y universitaria); cuarto, la necesidad del cambio de hábitos de vida para la protección del medio ambiente; quinto, los problemas sociales y ambientales derivados del relleno sanitario Doña Juana; sexto, el deficitario acceso del transporte público en las periferias; séptimo, la presencia de bandas criminales que instrumentalizan jóvenes que terminan siendo víctimas y victimarios del homicidio; y, por último, los conflictos interculturales con la población migrante.
En cuanto a inclusión productiva, durante el diálogo improbable se habló de las ventas informales y la necesidad de organizar este sector de la economía para que no se generen competencias por el uso del espacio público con los peatones, apropiación ilegal del espacio por parte de grupos criminales y no se generen condiciones desiguales con los comerciantes formales. En cuanto a educación, se mencionó la importancia de la educación socioemocional para el mejoramiento de las relaciones interpersonales, así como de la importancia de la educación ambiental. Por último, en cuanto a seguridad y convivencia se identifican los parques públicos como lugares inseguros por dinámicas asociadas al microtráfico.
Durante el diálogo improbable se habló de diversos temas como la diversidad sexual, el espacio público, la seguridad, los asuntos de género, la confianza institucional, la relación entre jóvenes y policía, la protesta social, las periferias que sufren la concentración de las oportunidades en el centro de la ciudad, el deficitario transporte público, y la comunicación intergeneracional. Como alternativas de solución, mencionaron la necesidad de una sede de la Universidad Distrital, incentivos a la participación ciudadana, la voluntad de perdón y reconciliación por parte de la comunidad y los jóvenes tras las irregulares actuaciones de la policía con la necesidad que la actitud sea recíproca por parte de esa institución, la movilidad sostenible, la capacidad y proposición de la juventud para construir y transformar y, por último, las dinámicas de educación popular que adelantan las organizaciones sociales.
Durante el diálogo improbable fueron recurrentes las menciones sobre la desconfianza en las instituciones, la necesidad de la renovación de los liderazgos en las instancias de participación y corporaciones institucionales, la drogadicción, la necesidad de instituciones educativas de educación superior, el abuso sexual infantil, desaparición forzada, falta de oportunidades laborales, fragmentación social, la condición periférica de la localidad y la configuración de realidad desde allí. Además, se recalcaron las potencialidades de la localidad alrededor del emprendimiento, la construcción de un modelo educativo pertinente y congruente con el modelo de ciudad, el liderazgo de las mujeres, la apropiación de las nuevas tecnologías para desarrollar procesos pedagógicos, la formación en derechos humanos y la construcción de garantías para el ejercicio ciudadano.
Durante el diálogo improbable se habló de las consecuencias de la conurbación con Bogotá, donde se centralización los beneficios del desarrollo en la gran ciudad, mientras que las cargas del desarrollo se quedan en los municipios (se plantea como alternativa el fortalecimiento de las capacidades locales para generar articulaciones en condiciones más favorables); el llamado desde las juventudes para tener una mayor incidencia en el desarrollo del municipio y la región desde la construcción identitaria incluyente de políticas de juventud basadas en la evidencia; el malestar que genera movilizarse a diario a Bogotá para acceder a educación superior de calidad; y la impertinencia que existe entre la vocación agroindustrial del municipio y la región con los intereses, deseos y expectativas de los jóvenes.
Durante el diálogo improbable los participantes manifestaron una serie de problemas sociales y económicos: recepción de víctimas de desplazamiento forzado lo que genera anillos de pobreza; la densificación usualmente informal del municipio debido a las pocas capacidades administrativas de planear la expansión urbana; la falta de oportunidades para las juventudes; la constante violencia generada por las bandas delincuenciales que generan control territorial e instrumentalizan a los jóvenes para sus fines criminales asociados al microtráfico; la represión, amenaza y persecución para el liderazgo juvenil y social que vulnera los derechos humanos; la gran cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan debido a las escasas oportunidades que existen y la limitada oferta institucional que es desbordada por los muchos habitantes del municipio.
Principales tendencias identificadas.
A partir de un análisis realizado por el grupo de investigación GITEI de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia, en el cual se recaudaron más de 68.000 ideas juveniles de la consulta con corte a febrero de 2021, en el eje de “Jóvenes y adultos con capacidades para el Siglo XXI” se ha encontrado que:
Acompañados por el IDPAC y la Secretaría Distrital de Integración Social.
Con el ánimo de conocer las necesidades, deseos y expectativas de distintos ciudadanos miembros de distintas organizaciones, mesas institucionales, colectivos y expresiones juveniles y comunitarias, se tuvo 10 conversaciones con:
Las principales conclusiones de cada uno de estos grupos focales fueron compartidos directamente con las y los participantes del diálogo. Su usted está interesado en conocer estos resultados por favor escríbanos a co.pactointergeneracional@undp.org
En el marco de la Semana de la Juventud impulsada por la Secretaría Distrital de Integración Social.
A partir de una consulta se logró que 1400 jóvenes entre 14 y 28 bogotanos expresaran, desde su percepción, cuáles son los mayores retos que enfrenta Bogotá y la región. El primer conglomerado de retos giró en torno a la tensión intergeneracional de paz, seguridad y convivencia, el segundo, en torno a la valoración y reconocimiento de las expresiones artísticas y culturales de las juventudes, y el tercero, sobre la necesidad de mejorar la oferta de oportunidades educativas.
Esta consulta permitió identificar dos nuevas variables del desarrollo juvenil relevantes para la construcción del Pacto: por un lado, fue reiterativa la preocupación por la desigualdad social que se encuentra de manera agregada en Bogotá pero también dentro de las mismas localidades; por otro lado, emergieron preocupaciones alrededor del uso de tiempo libre en los jóvenes y como este no es aprovechado para el fortalecimiento de habilidades y talentos que tengan un impacto sobre sus vidas personales y sus comunidades.
Acción interinstitucional.
Con el objetivo de contribuir a desescalar las tensiones entre la autoridad policial, la autoridad administrativa, los jóvenes y población en general en 17 barrios priorizados por la Alcaldía Mayor de Bogotá, se vienen adelantando procesos de diálogo comunitario con el fin de encontrar una visión común que permita recomponer vida barrial y disminuir conflictividades entorno a las dinámicas de seguridad y convivencia; dar cuenta de las razones profundas y hechos del 9, 10 y 11 de septiembre de 2020; generar condiciones para el reconocimiento, reparación y no-repetición; y recuperar y cuidar la infraestructura pública como bien de todos y todas.
Partimos de los siguientes supuestos: las relaciones conflictivas ya está presentes y resultan como una constante en la relaciones sociales que encuentran formas materiales diversas para expresarse; humanizar las relaciones conflictivas es una condición necesaria para resolverlas; las tensiones hay que sacarlas a la luz lo antes posible con el fin de que resulten menos dolorosas y explosivas, y más constructivas y transformadoras; hay posiciones antagónicas en relación a los CAI: hay ciudadanos que reclaman su funcionamiento inmediato, así como ciudadanos que quisieran su abolición; se requiere fortalecer un diálogo amplio y renovar el contrato social entorno a la seguridad y convivencia en la ciudad, especialmente con los jóvenes; la relación conflictiva en los diversos actores que encarnan los antagonismos frente al estado y la fuerza pública como su representante, se encuentran presentes y se han agudizado debido a una falta de escenarios de encuentro y reconocimiento mutuo, por lo que, para resolverla, hay que atravesar un proceso conflictivo; y las entidades deben generar acciones de mejora frente a dificultades, ausencias históricas y oferta institucional.
Una de las principales tensiones expresadas por medio de estos diálogos tiene que ver con la presencia de estereotipos y estigmatizaciones hacia los jóvenes, a lo que los jóvenes son reaccionarios con estereotipos semejantes. En ese sentido, se evidencia la necesidad de desmitificar el imaginario de algunos miembros de JAC hacia los jóvenes, y de manera co-responsable, modificar el imaginario de los jóvenes frente a los adultos miembros de JAC, pues en los encuentros de sensibilización fue el primer elemento que salió a flote y poco a poco fue necesaria una intervención de acción sin daño para desarmar los discursos de juzgamiento y de rabia, con lo cual se reafirma la importancia de dar continuidad concurrente a el diálogo intergeneracional.
Los pactatorios son la estrategia final de convergencia del Pacto Social Intergeneracional. En ellos, se buscan co-crear consensos que ayuden a relajar las principales tensiones intergeneracionales de Bogotá y la región. Serán además el espacio donde los ciudadanos podrán conversar con funcionarios del Distrito para hacer ajustes y cualificaciones a la oferta institucional vigente.
Se realizarán 3 series de pactatorios distritales así: